8 DE MARZO DE 2011 - DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER
Mis queridas hermanas y amigas, mis queridos compañeros de camino:
Mis queridas hermanas y amigas, mis queridos compañeros de camino:
Recordando
primeramente el origen de esta fecha en la que, en 1908, 146 mujeres de la textil
Cotton de Nueva York que fueron quemadas vivas dentro de la fábrica donde resistían
en su lucha. Imaginando aquella horrible hoguera he recordado otra, también
terrible, la de Zugarramurdi, donde la Inquisición quemó a doce vecinas del
pueblo, hace ya 400 años.
Unas fueron
quemadas por protestar por los bajos salarios y las infames condiciones de
trabajo que padecían. Otras, por sus saberes y oficios femeninos, perseguidos
con saña para exterminar nuestros conocimientos ancestrales.
Honrando a
todas ellas que caminaron antes que nosotras; hoy, Día Internacional de la
Mujer yo miro el mundo y digo: ¡¡¡¡Hermanas, aún queda tanto por hacer!!!!
Yo pregunto,
por ejemplo, ¿Dónde están las mujeres de Libia? ¿Dónde las de Yemen? ¿Dónde las
de Bahreim?
Mientras veo
en el telediario miles de hombres cruzando las fronteras de Libia, mientras oigo
locutores diciendo que “la población” huye, no dejan de sorprenderme las
enormes filas de hombres solos. ¿A eso llaman "la población"? ¿Qué ha
sido de las mujeres? ¿Porqué no intentan ellas salir del país en guerra? ¿Dónde
están?
Y lo que más
me preocupa ¿Cómo están? Las imagino encerradas con niños, niñas y ancian@s. Las
imagino buscando comida, esquivando violencia, tratando de sostener la vida
como sea, en las más miserables y terribles condiciones.
Y lo que más
me indigna ¿Por qué nadie en los informativos, ni en la ONU, ni en el gobierno,
ni en ningún sitio, reflexiona sobre esta significativa ausencia femenina en
los grupos de gentes que intentan huir de la guerra?
Le Monde
publica que muchas mujeres están siendo violadas por las tropas de Gadaffi.
Pero
es muy probable que lo mismo suceda con las tropas rebeldes. La violación es un
arma de guerra muy antigua, ya explicada en la Biblia, que en el libro de Zacarías
14 dice: "Yo (Dios) voy a congregar a todas las naciones para combatir, la
ciudad será tomada, las casas saqueadas y las mujeres violadas. La mitad de los
pobladores partirán al exilio, pero el resto de la gente se quedará en la
ciudad..." Y entre ese resto de gente, siempre están las mujeres.
Hoy es el Día
de la Mujer y yo quiero recordar a mis hermanas, las mujeres de Libia, de
Bahreim, de Yemen y desearles mucha fuerza y mucha vida. Y no sólo a ellas. Yo
quiero recordar a todas las mujeres que aún no pueden disfrutar de igualdad de
derechos que gozamos las mujeres europeas.
A los 100
millones de mujeres que ya no están, porque han muerto prematuramente a causa
de la discriminación y la violencia, como nos recuerda Amartya Sen, premio Nóbel
de Economía 1998.
A las
mujeres analfabetas que representan numéricamente el doble que los hombres.
A las que
están en manos de las redes de trata de blancas. A las asesinadas en Ciudad Juárez
sin que las autoridades hagan nada. A las mujeres maltratadas, que son el 50%
de la población femenina mundial. A las que viven en lugares terribles, a las más
olvidadas.
A los 130
millones de mujeres a las que han destrozado la vida con la ablación e
infibulación y que son el noventa por ciento de las mujeres egipcias,
sudanesas, somalíes, yemeníes, indonesias y malayas.
A todas las
que no tienen voz para expresarse porque siempre son las últimas de la fila. Ante
ellas yo reafirmo mi compromiso con todas mis hermanas de trabajar
incesantemente por la sanación del femenino planetario, que se manifiesta
siempre a través de la vida de todas las mujeres de la Tierra.
Y quiero
recordar también el ejemplo de todas las que trabajaron para liberar al pueblo
de las mujeres de tantas y tantas cadenas y horrores. A aquellas que sufrieron
prisión y durísimas condiciones para lograr que las mujeres fuéramos
consideradas personas y tuviéramos derechos.
Y digo que
el feminismo es la lucha por la igualdad de todas las personas de la sociedad. Y
digo que ninguna mujer europea, desde la comodidad de su vida autosuficiente,
debería decir “yo no soy feminista”, renegando de la lucha en contra la opresión
como si ello fuera un pecado, y creyendo erróneamente que “feminismo” es el
opuesto complementario de “machismo”.
El
diccionario dice:
Feminismo: Doctrina que defiende la igualdad de derechos entre mujeres y
hombres.
Machismo: Creencia en la superioridad del hombre sobre la mujer.
¿Quién puede
decir “Yo no soy feminista” después de acudir al diccionario y leer el
significado del término? Feministas son todas las personas cabales, los hombres
y las mujeres que aman la justicia y la libertad y creen en la igualdad de
todos los seres.
La
espiritualidad femenina debe hundir profundamente sus raíces en el compromiso
social ya que, como bien dice Starhawk, la espiritualidad femenina se vive en
comunidad. Y ese compromiso siempre debe ser solidario con nuestras hermanas más
necesitadas. Nosotras, las privilegiadas mujeres europeas, podemos ser su voz,
la voz de las que no tienen voz.
Por ello
elevo hoy una oración para que todas las mujeres europeas despierten y se
pongan en marcha para sanar la vida y la Tierra. Para que todas ellas se
comprometan en la acción solidaria. Para que todas escuchen en su interior la
llamada de la Vida, que nos reclama para la sanación de la Tierra y de todos
los seres sintientes.
En marcha,
hermanas, ¡Aún hay tanto trabajo por hacer!
Que la paz,
la libertad, la igualdad de oportunidades y la alegría de vivir llegue a todas
las mujeres hoy. Porque todas merecemos tener una vida digna y plena.
Feliz día,
Mujer, para todas mis hermanas del planeta y también para todos los hombres
cabales que caminan a nuestra vera.